Los referentes adolescentes en la era digital: Más allá de la belleza superficial
Por Gabriela Cigliuti Fiorini
En la actualidad, las niñas y niños adolescentes se encuentran inmersos en un entorno digital que les proporciona una gran cantidad de referentes a través de plataformas como TikTok, Instagram y otras redes sociales. Este escenario de constante exposición a contenido visual puede tener un profundo impacto en su desarrollo psicosocial y en la formación de su identidad. El problema se puede crear debido a una tendencia preocupante: la idealización de la belleza física como un valor supremo.
La hegemonía de la belleza en las redes sociales
En las plataformas digitales, la popularidad de los contenidos relacionados con rutinas de cuidado facial, moda, maquillaje, dietas saludables y ejercicios físicos es innegable. Si bien algunos de estos temas pueden fomentar hábitos saludables, el problema radica en el mensaje implícito que muchas veces se transmite: la idea de que el éxito, la aceptación social y la felicidad están vinculados exclusivamente a la apariencia física.
La adolescencia es una etapa crítica en la que se construye la autoestima, y este período se puede convertir en un periodo aún más vulnerable bajo este tipo de presiones externas. Las consecuencias pueden ser graves, incluyendo trastornos de la imagen corporal, ansiedad, depresión e incluso trastornos de la conducta alimentaria (TCA).
La ausencia de referentes alternativos: Un vacío que llenar
Uno de los grandes déficits en el entorno mediático actual es la escasez de referentes que promuevan valores y habilidades enriquecedoras para el desarrollo humano. Existen pocos espacios que visibilicen actividades solidarias, artísticas, científicas o intelectuales. Si bien hay influencers y creadores de contenido que fomentan el pensamiento crítico, la empatía, la creatividad y el compromiso social, la balanza sigue inclinada hacia los estereotipos de éxito basados en la belleza externa.
Este desequilibrio limita la mirada de los adolescentes sobre el mundo y su propio potencial. La belleza es efímera y subjetiva, y su idealización puede llevar a una visión estrecha de la realidad. En cambio, las habilidades para una vida plena, como la inteligencia emocional, la empatía, el pensamiento crítico y la resiliencia, son recursos que acompañan a la persona durante toda su vida (Goleman, 1995).
Nuestro rol como adultos: Ayudando a nuestros hijos a ampliar la mirada
Como padres, madres o educadores, tenemos que estar atentos al contenido que consumen nuestros hijos e hijas y hablar con ellos sobre lo que ven en redes sociales. No se trata de prohibir o demonizar el uso de estas plataformas, sino de abrir espacios para charlar y reflexionar juntos. ¿Por qué creen que ciertos influencers son tan populares? ¿Qué les transmiten esos mensajes sobre la belleza y el éxito?
Además, podemos ser nosotros mismos los que les mostremos otros caminos. Contarles historias de personas que destacan por su esfuerzo en la ciencia, el arte, el deporte o el activismo puede ser muy inspirador. También es clave enseñarles el valor de ser empáticos, de ayudar a los demás y de expresar sus propias ideas y emociones con confianza.
En lugar de enfocar todo en la apariencia, es importante que aprendan a valorar su individualidad y la de los demás. Así los ayudaremos a construir una autoestima sólida, basada en sus habilidades y en la manera en que enfrentan la vida, no solo en su imagen.
En resumen, no podemos controlar todo lo que ven, pero sí podemos ser una guía para que desarrollen una mirada más amplia, crítica y enriquecedora frente a la realidad que los rodea.
Gabriela Cigliuti Fiorini
Psicóloga
Referencias
- Goleman, D. (1995). Emotional Intelligence: Why It Can Matter More Than IQ. Bantam Books.
- Toro, J. (2002). Trastornos de la conducta alimentaria: Un enfoque clínico. Masson.
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