Más allá del individuo: La importancia en la clínica del modelo de Bronfenbrenner
Por Ana Rosselet Noriega
La primera vez que me hablaron de la Teoría Ecológica de los Sistemas de Urie Bronfenbrenner fue en Psicología del Desarrollo Afectivo y Social. No le volví a dar más importancia, ya que, en mi cabeza, tenía el modelo encuadrado dentro del campo de la psicología evolutiva y el desarrollo afectivo y social de los individuos. Muchos años más tarde, y unas semanas antes de escribir esto, en una clase de Psicología en el Ámbito Social y Comunitario, desempolvaron el modelo y volví a recordar todo lo que implica.
Fundamentos del modelo ecológico
Antes de reflexionar acerca de las posibilidades que nos ofrece el modelo ecológico de Bronfenbrenner, tenemos que explicar en qué consiste. Esta teoría entiende que el desarrollo humano se produce por procesos de interacción complejos entre el individuo, el ambiente inmediato y otros contextos de los cuales no siempre se es consciente. Expone de manera clara los diferentes sistemas en los que se encuentra inmersa una persona. El autor nos habla del ambiente ecológico como un conjunto de estructuras en las que cada una cabe dentro de la siguiente, como las muñecas rusas (Bronfenbrenner, 1979).
Los sistemas, expuestos de menor a mayor globalidad, son los siguientes:
Microsistema
El microsistema se trata del entorno más cercano al sujeto, el ambiente directo. Aquí podríamos hablar de su hogar, la clase de su institución académica, los amigos cercanos, etc.
Mesosistema
El mesosistema incluye las interrelaciones de dos o más microsistemas. Es decir, la interacción de dos o más entornos en los que el individuo participa activamente. Algunos ejemplos son, para un niño, las relaciones entre su hogar y su escuela. Para un adulto podríamos hablar de la relación entre su familia, su trabajo y su vida social. Estas interrelaciones pueden ser tan importantes en la vida del individuo como lo que sucede en su entorno inmediato.
Imaginémonos a Pedro, un hombre que acaba de tener un hijo, y la empresa en la que trabaja le otorga una baja por paternidad. El microsistema de la familia se ve directamente afectado por las políticas laborales del microsistema del trabajo. La baja por paternidad conecta estos dos microsistemas, ya que la política de la empresa en la que trabaja Pedro afecta directamente a su dinámica familiar.
Exosistema
El exosistema se refiere al ambiente indirecto. Son los contextos en los que el individuo no participa directamente, pero tienen relevancia en su vida. Se refiere a hechos que ocurren en la vida del sujeto en los que ni siquiera está presente, aunque afectan a su desarrollo. En este caso podríamos estar hablando de la familia extensa, las redes sociales de los amigos de una persona donde esta no interactúa o la cantidad de servicios disponibles en el barrio donde reside el individuo.
Macrosistema
El macrosistema engloba el entorno cultural, social, económico, político y legislativo del país donde reside el individuo. Afecta a todos los demás sistemas. Concretamente, estamos hablando de las creencias culturales, ideologías políticas, sistemas económicos, religión, etc. Por ejemplo, las condiciones económicas del país donde vive el individuo son favorables.
Cronosistema
Por último, el cronosistema recoge el concepto del tiempo como un factor clave en el desarrollo de los individuos. Eventos importantes, grandes cambios en la sociedad y, hasta el paso de los años, hacen mella en el camino personal de los sujetos. Un ejemplo muy claro es el avance tecnológico constante que experimentamos actualmente.
Bronfenbrenner en consulta: ¿Qué utilidad puede tener este modelo a la hora de tratar a un paciente?
Por supuesto, esta teoría destaca el impacto de las interconexiones ambientales sobre las fuerzas que afectan directamente al desarrollo psicológico de un sujeto, pero ¿no podría considerarse, también, para ver la globalidad en la que se encuentra inmerso un paciente?
Tratar la absoluta individualidad de un paciente en consulta resulta un error. Los seres humanos estamos inmersos en un ambiente del cual no podemos disgregarnos. Mantenemos una relación bidireccional con este, es decir, el ambiente provoca cambios en nosotros y viceversa.
Para hacer una buena intervención, es importante estudiar los ambientes en los que actúa nuestro cliente y las interacciones que mantiene con estos en el momento de la intervención. Sin embargo, no debemos quedarnos solo en el entorno inmediato, sino ir un poco más allá. Por eso Bronfenbrenner tuvo, también, en cuenta las interconexiones entre estos entornos y las influencias externas de entornos más amplios.
Volvamos a coger de ejemplo a Pedro. Imaginémonos que, esta vez, la situación económica de su país es muy desfavorable y su empresa le despide. Esto afecta negativamente a su estado emocional porque se encuentra ansioso y estresado. Su estado emocional influye en cómo se comporta con su hijo y su mujer, con los que pasa tiempo en el hogar. Las relaciones en el hogar empiezan a tensarse. Veamos los distintos sistemas poniendo a Pedro en el “punto de mira”:
– Macrosistema: las condiciones económicas desfavorables del país donde reside Pedro.
– Exosistema: las políticas de empleo de la empresa donde trabajaba Pedro. Pedro no participa activamente en este sistema, pero tiene relevancia en su vida.
– Mesosistema: la interacción entre el entorno laboral y el hogar. La pérdida de empleo construye un puente entre su entorno laboral (microsistema) y su entorno familiar (microsistema). La incertidumbre económica en la que ahora se encuentran afecta a la dinámica familiar.
– Microsistema: Las relaciones en el hogar son tensas y Pedro discute frecuentemente con su mujer.
En este caso, no solo podríamos trabajar a nivel de microsistema, sino también de exosistema. Por ejemplo, la comunidad donde vive Pedro podría contar con una fuerte red de apoyo a personas desempleadas que ofrezcan asistencia financiera (exosistema). Pedro podría conectarse a estos recursos disponibles en su comunidad y buscar ayuda para su situación de desempleo.
Al considerar todos los niveles del modelo, adquirimos una visión global del problema, proporcionando una intervención más integral y efectiva. Además, obtenemos información que podría resultarnos útil de cara al tratamiento: ¿Podríamos incidir a nivel mesosistema y facilitar la mediación entre microsistemas? ¿Podríamos hacer partícipe a nuestro paciente de recursos de ocio y tiempo libre que ofrezca su barrio? Aquí destacamos la importancia de un trabajo multidisciplinar con otros profesionales, por ejemplo, un psicólogo mediador y un trabajador social.
No siempre va a ser posible la intervención en todos los niveles; pensemos en el macrosistema. Sin embargo, no por eso tenemos que ignorarlo. Nos va a permitir entender mejor el problema al considerar todas las influencias que está pudiendo recibir un individuo. Además, hacemos consciente a nuestro paciente del impacto de factores a nivel macrosistema que pueden estar influyendo en él. Por ejemplo, una cultura que valora la delgadez como factor clave en la belleza y el éxito personal podría estar influyendo en una persona cuyo motivo de consulta es una gran insatisfacción con su imagen corporal.
En resumen, un análisis de un caso clínico basándonos en el modelo ecológico de Bronfenbrenner permite profundizar en la individualidad de cada paciente. En vez de reducir al sujeto a una simple etiqueta diagnóstica que recoge una serie de síntomas, realizamos una evaluación integral comprendiendo la globalidad del problema. Consideramos las interacciones del paciente en sus diversos sistemas, tanto para ayudarnos a comprender la complejidad de cada caso, como para diseñar intervenciones personalizadas. Por último, al hacerle consciente al individuo de cómo su entorno está influyendo en su bienestar y explicarle su caso en particular a través de los sistemas, promovemos su participación en el proceso de cambio.
Ana Rosselet Noriega
Psicóloga
Referencias
Bronfenbrenner, U. (1979). La ecología del desarrollo humano. Madrid: Paidós.
- http://Photo by cottonbro studio: https://www.pexels.com/photo/white-and-blue-ceramic-figurine-4966181/
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